La Vigen de Guadalupe

El otro día recibí un mail del Manto de la Virgen de Guadalupe, me pareció muy interesante y por eso decidí escribir una entrada hablando de este tema, voy a analizar toda la información encontrada en distintas fuentes de internet, y en algunos libros, de la manera mas objetiva y científica posible.
Para los que nos conoceis la historia de este manto, os dejo un link que la explica: http://www.devocionario.com/maria/guadalupe_3.html
Este manto, en el que se aprecia la figura de la Virgen de Guadalupe ha sido capaz de desafiar todos los canones de la pintura y de la física.
Esta dibujado en un lienzo de ayate, que se elabora con hilo áspero y fuerte, que al tejerse a mano, se pudre y desmorona en unos 30 años, este en cambio ha durado ya unos 500.
Oculistas expertos han decubierto que los ojos de la Virgen están vivos, que nos miran, que sus pupilas reaccionana al acercarles y alejarles la luz, al igual que un ojo humano he incluso muestran imágenes microscopicas claramente definidas.
Richard Kuhn, Premio Nobel de Química, tras examinar el ayate exclamo, "lo que hallé en sus colorantes no forma parte del reino animal, ni vegetal, ni mineral"

Se podría pensar que la tela ha resistido tanto porque la habrían encolado y preparado de manera especial como a otras pinturas famosas, para que tuviera gran resistencia. Pero el señor Callaga, del instituto espacial NASA, de Estados Unidos, la ha estudiado con aparatos de rayos infrarrojos y ha descubierto que la tela no tiene ningún engomado y que no se puede explicar cómo esa imagen ha resistido tantos siglos en un lienzo tan ordinario. Con estos rayos infrarrojos se ha descubierto que la imagen no tiene esbozos previos -como se ve en los cuadros de Rubens y Tiziano-, sino que fue plasmada directamente, tal cual se ve, sin tanteos ni rectificaciones, incluso se ha hecho pasar un rayo laser de forma lateral sobre la tela, detectandose que la coloración de la misma no está ni en el anverso ni en el reverso, sino que los colores flotan a una distancia de 3 decimas de milimetro del tejido, sin tocarlo. Los colores flotan.

Otro aspecto interesante presente en el manto es que en el se pueden ver 46 estrellas, que corresponden a las constelaciones en el cielo del solsticio de invierno de 1531, fecha en la que sucedió el milagro.

Para no extenderme mas y no hacer esta entrada muy aburrida, voy a dejar de escribir ya.
Hasta otro dia y recuerda, no dejes que te pique la curiosidad...
Lore.